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jueves, 29 de octubre de 2015

El honrado espía español

El CNI aprueba el primer código ético para sus 3.500 agentes, hombres y civiles en su mayoría y con profesionales tan variopintas como filósofos o abogados.


Qué hace un filósofo en la sede del Centro Nacional de Inteligencia? Este podría ser el inicio de un chiste o una pregunta de Mortadelo a Filemón en uno de los geniales tebeos de Ibáñez. Pero es una cuestión lógica cuando en ‘La Casa’, como se conoce al cuartel general del CNI, se concentran profesionales tan variopintos como maestros, economistas, informáticos, médicos, periodistas, traductores, abogados... o incluso filósofos, que se mezclan con los tipos duros procedentes del Ejército, la Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía, los que se ocupan de las cuestiones operativas. Responde David Rodríguez Vidal, antiguo colaborador de los servicios secretos y propietario de la primera academia de espías que se abrió en España: "El análisis de la información, de la inteligencia, es multidisciplinar. Necesitas un equipo de diferentes perfiles para analizar hipotéticos escenarios. No sirve una única línea de pensamiento. Por eso es tan importante un filósofo como un militar".
En ‘La Casa’ resulta igual de valioso colocar un micrófono como tirarse doce horas encerrado en un despacho filtrando millones de datos en un solo papel. El análisis de la información es una de las tareas más arduas de todas las que se desarrollan en el CNI. Un trabajo meramente administrativo que suele asumir el personal civil de la institución: el 62% de los más de 3.500 espías españoles. "Los micrófonos los colocan personas más preparadas para esas tareas", aclara Vidal. Oficiales procedentes de las Fuerzas Armadas (26,8%) y de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado (10,7%) "que generalmente inspiran más confianza y, por ello, ocupan los puestos de responsabilidad", observa.

Todos los miembros del CNI, sin distinción, pasan estrictos procesos de selección en los que se ‘desnudan’ para detectar posibles debilidades y ganarse la confianza de sus jefes. Todos ellos, además, tienen ya en sus manos el primer código ético elaborado en ‘La Casa’ y aprobado por el director del centro, el general Féliz Sanz, el pasado 12 de octubre, coincidiendo con la Fiesta Nacional.
No es ninguna novedad que la principal virtud del espía español debe ser la discreción, pero también se exige "rectitud", además de "lealtad a la institución, abnegación y espíritu de servicio en pos de la protección del bien común y de la seguridad de los españoles. Con este fin, cumplirán sus cometidos sin escatimar esfuerzos ni sacrificios". De hecho, continúa uno de los 20 artículos del código, los oficiales de inteligencia "mostrarán su plena disponibilidad para prestar servicio cuando y donde se les exija, y evitarán que cualquier circunstancia personal o familiar sirva de excusa". Nada de mujeres de parto o hijos en Urgencias cuando hay que proteger España traduciendo, por ejemplo, una conversación o textos del árabe de 8 de la mañana a 3 de la tarde en una oficina de la hermética sede de la avenida del Padre Huidobro, en Madrid, cerca de la carretera de La Coruña. Y es que "el afán de superación, el anhelo de excelencia, se erigirá en aspiración constante". Por supuesto, todos los miembros de ‘La Casa’ "se conducirán, en todo momento y circunstancia, de manera íntegra y digna", actuarán "con el objetivo de la ejemplaridad en la conducta" y "la honradez será principio rector, tanto de su comportamiento personal como de su actuación profesional".
Pero, ¿los espías no eran esas personas intrépidas y muchas veces sin escrúpulos que hacen todo lo que sea preciso (rayando lo ilegal) para conseguir la información necesaria? Vuelve a responder David Rodríguez Vidal: "Eso cree la mayoría de la gente. Que los agentes son tipos que se pasan todo el día cometiendo ilegalidades. En todo caso, son tipos que ordenan hacer esas ilegalidades, si es que fueran necesarias. Y casi siempre fuera de España para esquivar nuestras propias leyes. La red de colaboradores del CNI en Siria o en Marruecos o en otros países no computan como funcionarios del Estado, pero son los que suministran información a nuestros funcionarios traicionando a sus propios países", explica Vidal, autor también de ‘Diario de un espía’ (Cúpula).
Así, el documento aconseja "proporcionalidad" a la hora de registrar un domicilio o pinchar un teléfono. También obliga a los agentes a "evitar el despilfarro" de los recursos públicos. Y la vanidad, por supuesto, siempre en el fondo del cajón: "Asumirán la renuncia tanto a dar publicidad a sus éxitos como a defenderse de los ataques más injustos". A poner la otra mejilla en pos de la reserva de su actividad profesional. Todo lo contrario de lo que hizo el pequeño Nicolás, que se las daba de espía hasta en las discotecas.
"No sé si lo de Francisco Nicolás está directamente relacionado, pero esta es otra campaña de lavado de imagen y les ha vuelto a salir mal. Está muy bien como declaración de intenciones, pero el problema es que, como ocurre siempre, el CNI no conecta con la gente. Nadie se cree que ‘La Casa’ sea una institución democrática en la que todo se hace limpiamente", critica Rodríguez Vidal. "Estaría bien que fueran abiertos no contando lo que hacen, sino por qué lo hacen".
 

miércoles, 7 de octubre de 2015

Detenido el hijo de 'Josu Ternera', que pretendía hacerse con las riendas de la trama política de ETA


El hijo de Josu Ternera era el gran buscado... hasta ahora. Las fuerzas de seguridad del Estado han detenido en París a Egoitz Urrutikoetxea, el hijo del histórico etarra Josu Urrutikoetxea Bengoetxea, según confirma el Ministerio del Interior. Según explican fuentes del operativo, el ahora detenido tenía intención de coger las riendas del maltrecho aparato político de ETA.
Fuentes antiterroristas apuntan que hasta ahora, el hijo de Ternera estaba en un segundo plano pero que los continuos golpes policiales han llevado a Egoitz Urrutikoetxea a intentar controlar el aparato político de la trama etarra. Según estas mismas fuentes, su padre está alejado de las directivas etarras, enfermo, en algún país de Centroeuropa.
Esta detención ha sido fruto de la colaboración de la Policía Nacional y de las fuerzas de seguridad francesas. Está enmarcada en una operación aún más amplia que aún está viva y que ha sido desarrollada con información de la Policía Nacional española. La Policía arrestó a otras dos personas junto al simbólico etarra.
Las fuentes consultadas por EL MUNDO también otorgan un papel destacado en la operación al Centro Nacional de Inteligencia (CNI).
"Después de descabezar a ETA, ahora hemos capturado a su mejor relevo. Quizás el único con algo de pedigrí que pudiera ser reclamado para gestionar lo poco que queda de ETA", valoró el ministro. "Si la detención de Pla y Sorzabal dejó a ETA sin referentes en la cúpula, la detención hoy de Egoitz Urrutikoetxea deja a ETA ya sin recambio solvente en su dirección política", añadió.
"Por todo ello, tras el descabezamiento de la cúpula de ETA, se había convertido en el objetivo número uno de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, que con esta operación han evitado que uno de sus mejores candidatos, casi el único con pedigrí, pueda hacerse cargo de las riendas de lo poco que queda de ETA", finalizó.
Egoitz Urrutikoetxea trató de tomar el relevo de la cúpula de ETA que fue desarticulada el pasado mes en Francia, con la detención de Iratxe Sorzabal y David Pla en Saint-Étienne-de-Baigorry.
Los Urrutikoetxea han escapado en varias ocasiones de operaciones policiales. En marzo de 2014, el Ministerio del Interior informó del arresto de Egoitz, pero se había zafado de nuevo. Y en 2011 padre e hijo lograron huir tras registrarse una llamada desde Kenia.
Sobre este individuo pesan dos órdenes de arresto emitidas en 2007 y 2009 y había sido condenado en rebeldía por el Tribunal Correccional de París en dos ocasiones, en 2007 y 2010, a dos penas de cuatro años de prisión respectivamente por hechos vinculados con la organización terrorista ETA, según informa el Ministerio del Interior.
Esta operación ha sido realizada con éxito gracias a la colaboración de la Comisaría General de Información de la Policía Nacional y la Subdirección Antiterrorista de la Policía Judicial francesa (DCPJ), dirigida por la División Antiterrorista del Tribunal de Gran Instancia de París.
Los titulares de Interior de España y Francia felicitan los agentes que han participado en esta operación. Jorge Fernández y Bernard Cazeneuve ponen de relieve la gran eficacia de la cooperación antiterrorista entre España y Francia, como demuestran las últimas operaciones consecutivas.

martes, 6 de octubre de 2015

Un jefe del Pentágono visita por vez primera la sede del CNI

Carter inició su visita de dos días España con una conferencia en el Centro Superior de Estudios de la Defensa (Ceseden), donde prometió que Estados Unidos hará una investigación “total y transparente” del ataque contra el hospital de Médicos sin Fronteras en Kunduz (Afganistán), donde murieron 22 personas, entre sanitarios y pacientes. Aseguró también que Estados Unidos y los socios de la OTAN mantendrán su presencia en Afganistán “más allá de 2016”; aunque eludió concretar las modalidades y el volumen de la misma. España tiene previsto retirar a final de octubre los más de 400 militares que tiene en Herat, al este del país, y mantener solo una veintena en la capital, Kabul.
En una rueda de prensa conjunta con Morenés, Carter ha recordado la promesa que todos los países de la OTAN hicieron en la Cumbre de Gales (2012) de dedicar “al menos un 2% de su PIB a Defensa”. Actualmente, el gasto militar español no llega al 1%.
El jefe del Pentágono se trasladará este martes a la base de Morón de la Frontera (Sevilla), sede de la Fuerza de Respuesta de Crisis del Cuerpo de Marines que, según la última reforma del convenio de Defensa entre los dos países, podrá contar con hasta 2.200 militares y 500 civiles, a los que podrán sumarse otros 800 militares en tiempo de crisis.
Carter no es el primer secretario de Defensa de Estados Unidos que visita España con el Gobierno de Rajoy, ya que en 2013 lo hizo su predecesor, Leon Panetta. Hasta ahora, sin embargo, no la ha hecho ningún secretario de Estado (ministro de Asuntos Exteriores). Después de que un accidente de bicleta frustrase la visita que John Kerry tenía previsto realizar en mayo pasado, está previsto que esta se realice finalmente los próximos días 18 y 19. 

domingo, 4 de octubre de 2015

El exdirector del CNI acusa a Trillo de intentar enterrar sin identificar al espía asturiano muerto en Irak en 2003

La biografía de Jorge Dezcallar, el diplomático que fue director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) durante los gobiernos del PP, ha vuelto a poner en el punto de mira al exministro de Defensa y actual embajador en Londres, Federico Trillo, por la gestión que realizó de dos incidentes internacionales con asturianos de por medio, el accidente del Yak-42 (en el que viajaban Joaquín Enrique Álvarez Vega, Mariano Piñán del Blanco y Antonio Novo Ferreiro) y la muerte de siete agentes de la inteligencia, entre ellos el asturiano Alberto Martínez, responsable del servicio español de inteligencia en Irak. Dezcallar responsabiliza directamente a Trillo de los fallos en la identificación de los militares que viajaban en el avión siniestrado en Turquía en mayo de 2003 y asegura que también trató de enterrar sin identificar a los agentes españoles cuando sufrieron el atentado seis meses después. Dezcallar explica que Trillo se escudó en José María Aznar para tratar de organizar un funeral en apenas 24 horas. Su rechazó permitió retrasar cuatro días la ceremonia para cumplir con todos los trámites de forma correcta. 
Dezcallar detalla en Valió la pena, una biografía editada por Península, multitud de detalles de sus años al frente del CNI y también la causa exacta de su dimisión apenas una semana después de los atentados del 11-M, según explica El País. De ese relato José María Aznar no sale muy bien parado. Denuncia que dejó al servicio en una situación muy vulnerable al desclasificar informes secretos sin su consentimiento y les obligó a mantener viva la teoría de la autoría de ETA. La situación se tensó tanto que Dezcallar renunció a su puesto por teléfono porque el presidente ni siquiera quiso recibirle. 
Tampoco para el exministro de Defensa tiene buenas palabras. Las memorias explican que la chapucera identificación de las víctimas del Yak-42, en mayo de 2003 --cuando 30 de los 62 cadáveres se enterraron con nombres equivocados-- pudo volver a repetirse con los siete agentes del CNI asesinados en un atentado, seis meses después, el 29 de noviembre de 2003. Ese día ocho agentes españoles que viajaban en dos coches entre Bagdag y Diwaniya, base principal de la Brigada Plus Ultra, a 180 kilómetros al sur, sufrieron una emboscada. Primero fueron tiroteados desde un coche. Después asaltados por una turba de gente. Solo uno sobrevivió a lo sucedido. Consiguió ir a buscar ayuda y cuando regresó todos sus compañeros habían fallecido. El asturiano Alberto Martínez era el responsable del servicio español de inteligencia en Irak y conducía el primer coche. Se trataba de un viaje de aclimatación, ya que eran dos equipos diferentes y uno le estaba entregan el testigo a otro.   
Solo unas horas después Federico Trillo le dijo a Dezcallar que tenía órdenes del presidente de organizar el funeral al día siguiente. El entonces director del CNI asegura que se negó en redondo, que llegaron a discutir y que la situación se puso, incluso, violenta. Delante estaban los médicos encargados de las autopsias. No cedió a la presión, el proceso de identificación siguió su curso y la ceremonia tuvo lugar cuatro días después. Los cuerpos, pese a lo que decía el entonces ministro de Defensa, según Dezcallar, estaban bastante deteriorados, ya que habían sido apaleados e incluso quemados. Existían incluso imágenes que ninguna televisión llegó a emitir en las que se veía a una turba pisoteando a los agentes, que previamente habían sido tiroteados y quemados. 
Trillo ha salido al paso de la biografía y ha remitido una carta al diario El País. En esa misiva, niega todo lo relacionado con el espía asturiano Alberto Martínez y sus compañeros. “En lo relativo a los agentes [del CNI] asesinados en Irak [en noviembre de 2003], lo narrado por el Sr [Jorge] Dezcallar [director del centro en aquella época] es falso de principio a fin”, sostiene Trillo, ya que “en ningún caso se planteó ningún problema [de identificación de los cadáveres] semejante al del Yak-42, puesto que los cuerpos de los agentes asesinados en Irak eran claramente identificables”, según consta en el extracto publicado por el diario.