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sábado, 5 de diciembre de 2015

Beatriz Méndez de Vigo tiene en la cabeza los secretos del Estado. Es secretaria general del CNI

Beatriz Méndez de Vigo tiene en la cabeza los secretos del Estado. Es secretaria general del CNI, ; orgánicamente la ‘número dos’, pero a cargo del día a día de los agentes.

No es difícil moverse con Beatriz Méndez de Vigo por el centro de Madrid. Es invisible. Nadie se gira o cuchichea a su paso. Pasa desapercibida. Es habitual verla sola los fines de semana en el supermercado, recorriendo librerías o en un cine de versión original. Es una mujer corriente, de 57 años, licenciada en Derecho, divorciada y con dos hijas universitarias; pantalón negro, blusa tímidamente estampada y unas baqueteadas plataformas; un bolso desbordado, maquillaje ligero, media melena castaña, manos pequeñas con uñas de colegiala y cero joyas. Nada que llame la atención. Un sutil servicio de seguridad sigue sus pasos a una distancia razonable. Un guardaespaldas de traje gris y peinado a cepillo masculla algo en su móvil. En las inmediaciones, un Audi blindado aguarda con el resto de su escolta. Máxima discreción. No podría ser de otra forma.
Tiene en su cabeza todos los secretos del Estado. Es desde agosto de 2012 jefa de los espías españoles; la mujer con más poder en la sombra; la secretaria general del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), la persona que dirige el día a día del servicio y reparte instrucciones a los tres hombres fuertes de la casa: los directores de Inteligencia, Apoyo a la Inteligencia (operaciones encubiertas) y Recursos. Dos coroneles y un abogado sobre los que ejerce mando directo. Un organigrama que en su siguiente escalón se estructura en 18 divisiones, y a continuación, en departamentos y áreas. Y más allá, en grupos transversales, temáticos y geográficos. Méndez de Vigo sabe el nombre de la mayoría de los miembros del servicio. Pocos conocen el CNI como ella. Esa fama le acompaña.
Es la mujer de la cocina del Centro, un organismo cuyos informes (desde unas pocas líneas hasta centenares de páginas), siempre confidenciales, siempre clasificados, una combinación de información obtenida a través de fuentes abiertas y cerradas, aderezada con el resultado de operaciones clandestinas y confidencias de los servicios de inteligencia de todo el mundo, solo tienen un cliente: el presidente del Gobierno. El Ejecutivo plasma cada año sus necesidades y prioridades de información (en materia antiterrorista, de seguridad energética o ciberseguridad) en la Directiva de Inteligencia, de carácter secreto, una hoja de ruta que se transforma dentro del Centro en el Plan Permanente de Inteligencia, que concreta esos objetivos y asigna los medios materiales y humanos y la organización, para acometer cada uno de ellos dentro y fuera de nuestro territorio.
A partir de ahí, la misión del CNI es que el jefe del Ejecutivo disponga de todas las claves a la hora de tomar una decisión estratégica, enfrentarse a una crisis, amenaza o agresión, o defender los intereses económicos y políticos del país; negociar con un mandatario extranjero, decidir una actuación militar o antiterrorista, o pagar un rescate en el Índico o el Sahel. Que cuente con una visión panorámica y conozca cada resquicio de la realidad, sus riesgos y oportunidades, interpretada por los mejores analistas, ya sea en relación con el Magreb, el espionaje industrial o el Banco Central Europeo; adelantándose a los acontecimientos.
Información comprobada, contrastada, valorada, evaluada, cruzada, integrada y analizada. Agitada a través de complejos programas desoftware. Sometida a ejercicios de simulacros y probabilidades. Y reducida a su mínima expresión. A la raíz. Pura inteligencia; zumo de neuronas. Lo vital de ese papel (impreso y entregado en mano por miembros del servicio de seguridad del Centro) es la conclusión que ofrece al presidente. La proyección. Los diversos escenarios que se abren solo para sus ojos para que sea capaz de prevenir y gestionar los riesgos en un entorno confuso y cambiante donde las amenazas son más globales, variadas y complejas que nunca: desde un ataque contra la prima de riesgo o una emergencia sanitaria hasta las olas migratorias, el cambio climático o un atentado de naturaleza cibernética o yihadí (como le gusta decir a Méndez de Vigo). Y sin hacer ruido. Como explica un antiguo director del Centro, “nuestra misión no es detener al malo, sino decir quién es el malo y que otros actúen. Y seguir nuestro camino sin salir en la foto. De nuestros aciertos nadie se entera; nuestros errores se notan mucho”.
Si hay un organismo donde la lealtad al Estado debe ser el primer mandamiento, ese es el CNI. Los espías no pueden ir por libre. Tener el monopolio de la inteligencia representa tener poder. Y eso lo entendieron a la perfección los distintos ministros de Defensa de la democracia, de los que dependió orgánicamente el Centro desde 1997 hasta 2011, cuando pasó a manos de la Vicepresidencia del Gobierno por decisión de Mariano Rajoy. Para los sucesivos responsables de Defensa, su titularidad representó una enorme capacidad de influencia que perdieron de un plumazo legislativo. Al mismo tiempo, ese adn militar de décadas ha marcado profundamente su estilo, ambiente y configuración, y el origen y personalidad de sus directores; hoy tan solo el 27% de los miembros del CNI proceden de las Fuerzas Armadas (y un 10%, de los cuerpos y fuerzas de la Seguridad del Estado, especialmente guardias civiles en funcionesoperativas), pero todavía siguen ocupando los puestos más importantes del servicio, por ejemplo, en materia antiterrorista o en el apoyo a las operaciones militares de España en Irak, Afganistán, Libia, Malí o el Índico. Sin embargo, hoy el CNI habla más con Exteriores que con Defensa.
Hoy tan solo el 27% de los miembros del CNI proceden de las Fuerzas Armadas, y el 10%, de las fuerzas de la Seguridad del Estado
Sus profesionales no tienen rostro. No pueden revelar a qué se dedican. Ni siquiera a su familia. Lo que implica una enorme tensión psicológica. La media de divorcios es muy elevada entre sus miembros. Su intimidad está monitorizada por el Centro. Son sometidos a controles aleatorios. No pueden sacar información de lacasa. No pueden sindicarse ni pertenecer a partidos políticos. Su carné ni siquiera lleva su foto. No reciben premios ni medallas: solo cuando los asesinan, cesan o retiran. Sus descensos son más habituales que sus ascensos. Sus identidades, misiones, fuentes y métodos, confidenciales. “No olvidamos la información que manejamos, pero no debemos recordarla. Debe dormir en los archivos acorazados de la casa. Y que nunca salga. Aquí ves muchas cosas. Conoces toda la verdad. Y te vuelves escéptico”, explica un miembro del Centro. “Pero vibras; no te aburres; después de 30 años, nunca me he arrepentido de trabajar en esto. Cuentas con una visión inigualable del mundo”, explica una técnica superior de inteligencia (TSI). Para su director, el general de cuatro estrellas Félix Sanz Roldán, máximo responsable y directo interlocutor con el Gobierno a través de Soraya Sáenz de Santamaría, el militar de la absoluta confianza de Zapatero y después de Rajoy que salvó a la casa del colapso y el descrédito en el verano de 2009 y diseña su futuro para la década 2020-2030 a través de un grupo de prospectiva dirigido por una veterana superagente, Dolores Vilanova, “muchas veces no se trata de lo que dices, sino de que no se note que tienes información añadida. Que tu interlocutor no deduzca que sabes más de lo que aparentas saber. Que no te traicione un gesto, un silencio, una mirada”. En esa línea, su número dos, sus ojos y oídos en la casa, Beatriz Méndez de Vigo, tras 32 años en el servicio secreto reconoce que “al final, en tu vida fuera de aquí no hablas de nada; a veces no sabes si cualquier argumento que manejas en una conversación, por intrascendental que sea, se debe a una información secreta o a una operación en curso. Ante la duda, cierras la boca. Como bromea mi madre: ‘Beatriz ya no habla ni del tiempo”.
Son en torno a 3.500 personas con un presupuesto de 240 millones de euros. Tienen un cuartel general de elegante aspecto ochentero, bunkerizado y pulido hasta el paroxismo, a un paso de La Moncloa y La Zarzuela; un conjunto de cinco edificios (Inteligencia, el corazón del complejo, se concentra en el llamado Estrella) y un helipuerto donde hasta el mínimo detalle está clasificado y prohibido fotografiar, desde los teléfonos hasta las trituradoras de documentos. No se pueden retratar sus instalaciones, por miedo a descubrir la identidad de sus miembros; sus exteriores, por las matrículas de los coches; los tejados, por los campos de antenas. Ni, por supuesto, el Centro de Operaciones, un amplio espacio tapizado de pantallas, inmerso en el edificio Octógono, donde trabajan equipos transversales en situaciones de crisis sin ver el sol. Cuando entra un desconocido, todos se ponen muy nerviosos.
Estas construcciones, silenciosas y rodeadas de cuidados jardines y protegidas por un puntilloso servicio de seguridad ostensiblemente armado, albergan uno de los servicios secretos más completos del mundo. Algo así como la fusión de la CIA, el FBI y la NSAestadounidenses. La casa concentra en una sola estructura la inteligencia exterior e interior de la Nación; el antiterrorismo; la contrainteligencia, la seguridad cibernética y criptográfica, las escuchas, la cooperación con los centros de inteligencia de todo el mundo (incluso con los que las relaciones diplomáticas son inexistentes) y la coordinación de todos los servicios de información españoles (los del Cuerpo Nacional de Policía, las Fuerzas Armadas y la Guardia Civil). Su director es el zar de la inteligencia. Fuera de España, cuenta con terminales en todas las embajadas, con agentes con estatus diplomático y también con obtenedores clandestinos; son unos 200 profesionales, a los que hay que añadir un número indeterminado de contratados, lo que se llama reserva de inteligencia. Lo único que no alberga físicamente la casa es la Dirección Técnica de Apoyo a la Inteligencia, encargada de las operaciones clandestinas, situada a solo 10 minutos, en el bucólico bosque de El Pardo, a 200 metros del poderoso equipo de seguridad del palacio de la Zarzuela.
Aquí todo es secreto. La organización y estructura interna; los medios y procedimientos; la identidad de su personal, instalaciones, bases de datos y fuentes. En este universo aparte, por más que se repregunte, siempre se obtienen silencios y sobreentendidos. Más aún de boca de la jefa, experta en escabullirse tras 32 años en laempresa, y cuya única peculiaridad destacable en una apariencia profesoral tranquila y afable (con puntas de aspereza propias, según ella, de una mujer que ha luchado por ascender en un mundo de hombres) es su voz curtida por infinitos cigarrillos rubios.
De la visión de su despacho, comunicado con el del director, es imposible deducir ningún rasgo de su personalidad. Es un espacio grande, desnudo, frío; sin papeles, libros, recuerdos ni fotografías familiares. Sus cajones están cerrados con llave. En un rincón, una caja fuerte. Una ronda de seguridad se cerciora de que no quede nada sobre las mesas al final de cada jornada. El solitario pasillo que conduce hasta su despacho, en una zona ultrarreservada del edificio Estrella, está decorado con los retratos de sus directores desde 1977. Todos son hombres de mediana edad. La mayoría militares; la excepción son un diplomático y un ingeniero de Montes (Jorge Dezcallar y Alberto Saiz). De alguno nadie recuerda el nombre. De uno nadie lo ha olvidado. Es el teniente general Emilio Alonso Manglano. El hombre que lo reinventó tras el golpe de Estado del 23-F de 1981 y lo dirigió hasta 1995. Un tipo duro y refinado, fumador de negro, paracaidista y amigo del rey Juan Carlos, con experiencia en combate, que construyó desde cero, de la fusión de dos servicios militares del franquismo (inteligencia interior y exterior), un servicio que hoy se sitúa entre los 10 primeros del mundo. Manglano, que fue clave en la eliminación del golpismo en España y la apertura del Centro hacia el exterior, murió en 2013 solo, pobre, decepcionado y acosado por la justicia. Un personaje de novela.
Tres décadas antes, a finales de 1982, el entonces coronel Manglano dio un golpe de mano en aquel opaco reducto de militares y abrió la puerta al ingreso de civiles como analistas de inteligencia y expertos en tecnología. Un año más tarde, en mayo de 1983, esa oferta de empleo se extendería a las mujeres. Era la forma de diversificar la composición de su base de agentes (clave en un servicio secreto moderno, donde se tiende a contratar profesionales de distintas edades y orígenes educativos, laborales, raciales y religiosos) y, sobre todo, de captar jóvenes que dominaran idiomas, una habilidad de la que carecía la oficialidad procedente de las academias franquistas que engrosaba y dirigía el Centro. Hoy en el CNI es más importante saber urdu, farsi o las decenas de dialectos del árabe que artes marciales. Aquel 1983, el ingreso de las primeras mujeres como miembros del servicio secreto fue una conmoción. Hasta aquel momento, el puñado de ellas que trabajaban en el Centro eran secretarias o ganchos sexuales. Pero ese otoño llegaban al Centro las seis primeras destinadas a ser analistas de inteligencia. Eran veinteañeras (al contrario que los oficiales del Centro, incluso de sus compañeros de promoción, que estaban en la ­cuarentena, eran al menos comandantes y muchos diplomados en Estado Mayor y paracaidismo). Ellas tenían estudios universitarios e idiomas y aportaban una nueva visión a la inteligencia. Hoy el 33% de los miembros del CNI son de ese sexo; unas 1.200 profesionales de las que un tercio son técnicos superiores de Inteligencia. Un porcentaje elevado de mujeres, si se tiene en cuenta que en el Ejército o laGuardia Civil la presencia femenina está en torno al 10%, pero insuficiente en su proyección cuando se advierte que solo un 20% de los puestos vitales del Centro está ocupado por ellas. Y al margen de Méndez de Vigo y las dos veteranas jefas de gabinete del director, ninguna ocupa un puesto vital en Inteligencia. Una tendencia que Méndez de Vigo está dispuesta a cambiar muy pronto.
La infrarrepresentación de las mujeres en la dirección del espionaje no es un hecho inherente a nuestro país. En abril de 2012, David Petraeus, general de cuatro estrellas y director de la CIA, encargó un informe a la exsecretaria de Estado Madeleine Albright sobre el papel de la mujer en el gran servicio secreto estadounidense. Albright concluyó un año después en un informe titulado Mujeres en liderazgo que aunque el 46% de los miembros de la Agencia ya eran mujeres, aún estaban lejos de los puestos directivos. A continuación daba un conjunto de directrices para reforzar ese liderazgo. Algo similar se llevó a cabo en 2013 en Reino Unido, cuando la Cámara de los Comunes encargó a la exministra laborista Hazel Blears un estudio titulado Mujeres en la comunidad de inteligencia del Reino Unido, que fue presentado al Parlamento este año y que concluía que aunque el 37% de los profesionales de la inteligencia británica son mujeres, estas solo ocupan un 19% de los cargos de dirección, por lo que animaba a fichar más agentes femeninas, incluso amas de casa de más de 40 años, y darles en general más posibilidades de demostrar de lo que son capaces. No hay que olvidar que Reino Unido fue el primer país en poner a una mujer al frente de su servicio secreto; en realidad han sido dos consecutivas, Stella Rimington y Eliza Manningham-Buller, como directoras del MI5.
Gracias al trabajo de agentes femeninas se localizó al jefe de ETA Txeroki y se liberó a los secuestrados del Sahel
Un estudio de esa índole no se ha hecho nunca en la inteligencia española, donde lo cierto es que las profesionales han estado apartadas de los puestos más operativos, los destinos en el exterior y en los cargos tecnológicos, aunque han proliferado en Análisis de Inteligencia, donde una mujer, Raquel Gutiérrez, llegó a ser directora a mediados de 2000. Aunque aquí todo es secreto, se puede afirmar que gracias al trabajo de agentes femeninas se resolvieron asuntos tan delicados como la localización, seguimiento y detención del jefe de ETA Mikel Garikoitz Aspiazu, ­Txeroki, y la resolución de los secuestros del pesquero Alakrana en el Índico y de los cooperantes Ainhoa Fernández y Enric Gonyalons en el Sahel.
En 1983 Beatriz Méndez de Vigo tenía 24 años y acababa de concluir Derecho. Miembro de una familia de la alta sociedad madrileña, hija de un teniente coronel, era una joven discreta, conservadora, apocada y buena estudiante, que dominaba el alemán y el inglés y no sabía qué hacer con su vida. Su padre había muerto dos años antes de un infarto fulminante. La perfecta candidata. Manglano había abierto el año anterior las puertas del servicio secreto a los civiles, pero su apuesta estaba trucada: todos los señalados eran hijos y parientes de oficiales. Una forma de asegurarse la lealtad de los nuevos agentes que se ha mantenido hasta hoy. A eso hay que sumar la profunda endogamia del Centro. Méndez de Vigo fue señaladapor un amigo de su padre y del propio Manglano, el aristocrático jefe de Inteligencia Exterior del Centro Estanislao Urquijo, un coronel del Estado Mayor que conducía unos coches deportivos que rivalizaban con los del propio James Bond. En un mes y medio Beatriz se convirtió en agente secreto. Ante el escepticismo de la vieja guardia, “que adoptó con nosotras una actitud paternalista que nos reventaba”, explica una analista de aquella generación. “Eran educados, pero nos trataban como niñas; como secretarias. Para ellos, las operaciones clandestinas eran demasiado peligrosas para nosotras. Y tampoco abundaban las ingenieras que se hicieran cargo de los temas tecnológicos. Además, muchas no optamos por puestos en el exterior por cuestiones familiares. Este es un trabajo en el que es difícil conciliar. Pero en el CNI, cuando no coges un tren, no vuelve a pasar”.
Las primeras hornadas de mujeres del Centro fueron destinadas a la División de Inteligencia Exterior, menos politizada que la de sus compañeros de Interior (centrados en el golpismo y la lucha contra ETA), donde su conocimiento de idiomas era básico y el riesgo menor. Inteligencia Exterior sería el germen de la carrera de Méndez de Vigo. En siete años se convertiría en una avezada analista sobre la realidad al otro lado del telón de acero, especialmente en la República Democrática Alemana. Tras la caída del Muro, en 1989, sería fichada por Manglano (el dios Ra del Centro) para el Departamento de Relaciones Internacionales, que Méndez de Vigo llegaría a dirigir y le permitiría conocer los grandes servicios secretos del mundo, su forma de trabajar y a sus responsables, además de tejer una red global de contactos. Allí trabajaría codo con codo con tres directores (los generales Manglano, Félix Miranda y Javier Calderón) durante 14 años. Hasta ser fulminada sin explicaciones por Alberto Saiz, el director del CNI impuesto por el ministro de Defensa José Bono al presidente Zapatero tras la victoria socialista de 2004 (que posiblemente tuvo en cuenta que el hermano de Beatriz, Iñigo Méndez de Vigo, era un barón del PP y hoy ministro de Educación). Saiz, que modernizó tecnológica y organizativamente el Centro entre 2004 y 2009, fue un pésimo gestor de sus recursos humanos y llegó a marginar a tres docenas de los agentes más potentes del CNI, entre ellos cuatro jefes de Inteligencia. En 2009 la situación se volvió irrespirable, con algunos de esos agentes al borde de la rebelión y filtrando información a la prensa sensacionalista. En una cena de despedida a uno de los afectados, el resto de sus compañeros del Centro le regalaron una camiseta deportiva con el número 32 grabado en su espalda: era el total de los despedidos por el director Alberto Saiz. En julio de 2009 este era por fin obligado a presentar su dimisión al Gobierno por su irregular gestión del servicio de inteligencia. Y desaparecía del mapa.
La formación internacional sería básica en la carrera de Beatriz Méndez de Vigo, y especialmente en su actual responsabilidad. Diversos analistas concluyen que hoy es imposible para un país producir inteligencia de calidad en solitario, sin contar con la colaboración y un flujo continuo de información procedente de los servicios de todo el mundo, especialmente en materia antiterrorista. “En estos momentos la seguridad del otro es tu seguridad”, explica un analista. Para Antonio M. Díaz, profesor de Ciencia Política y uno de los grandes expertos españoles en inteligencia, “ya no estamos en la Guerra Fría con su paso mastodóntico; ahora todo es instantáneo. Las amenazas son rápidas y contundentes. Antes se pasaba del riesgo a la amenaza; ahora se pasa del riesgo a la catástrofe. Cuando un yihadista tiene los medios para actuar, actúa. Hay que pararle a tiempo. Y en eso es clave la cooperación internacional. Cualquier detención de terroristas islámicos en un país es el resultado de una investigación que ha empezado y continuado en otros países”. Para el director del CNI pueden pasar solo ocho meses desde que un joven es radicalizado y pasa por la yihad hasta que está en condiciones de atentar en Occidente.
En 1988 ya el 15% de los efectivos del Centro eran mujeres. Pronto iba a destacar Dolores Vilanova, nacida en 1960, licenciada en Derecho, sobrina y nieta de militares y divorciada de otro analista. A lo largo de casi dos décadas, Vilanova se iba a convertir en la punta de lanza de las mujeres del servicio secreto; la pionera en cada peldaño; experta en contrainteligencia y el Magreb, fue la primera jefa de área (nombrada por Manglano) y la primera jefa de división del Centro (cargo al que la aupó el general Calderón). Por fin, en 2002, el primer director civil del Centro, el diplomático Jorge Dezcallar (al que conocía de cuando él ocupaba la Embajada de España en Marruecos), la situaba de número dos del CNI. Su ascenso suponía marginar al último alto oficial en activo del Centro, el general de brigada Aurelio Madrigal, que ocupaba ese puesto desde 1997. La vieja guardia castrense puso el grito en el cielo. Vilanova tendría que lidiar con los peores momentos del CNI, el asesinato de siete de sus miembros en Irak y los atentados del 11 de marzo de 2004, que el Centro no supo prevenir. Con la llegada deAlberto Saiz a la cúpula del CNI en 2004 rodaba su cabeza, “por necesidades del servicio”. Pasaría a las tinieblas de un mediocre destino en el Ministerio de Justicia hasta que fue recuperada por Sanz Roldán. A Vilanova le sucedería al frente de la secretaría otra mujer de las primeras promociones, Esperanza Casteleiro(exresponsable de la terminal de Brasil), y en 2008, Elena Sánchez(mujer de Inteligencia y experta en el Magreb), hoy jefa de laterminal de Washington.
Méndez de Vigo había sido también defenestrada en 2004 por Saiz de la jefatura de Relaciones Internacionales. Recaló con poca fe en Contrainteligencia, en un puesto de inferior categoría, centrado en el control de los agentes secretos de la ex Unión Soviética en España. Lloró mucho. A lo largo de los siguientes siete años se apasionaría con un trabajo que reúne todas las habilidades del analista y el agente de campo. Y suponía salir a la calle después de haber sido durante 20 años experta en análisis y temas internacionales. Según el general Calderón, exdirector del CNI y viejo espía, “la contrainteligencia es la mejor escuela para un agente. Aprendes cómo trabajan los otros servicios; sus capacidades y debilidades; lo que saben, cómo lo obtienen y cómo organizan sus redes; los agentes dobles, las infiltraciones, su financiación; es un posgrado”. Uno de los grandes éxitos de Méndez de Vigo al frente del área fue la detección y expulsión de España de dos agentes secretos rusos a finales de 2010, “por desarrollar actividades incompatibles con su estatus”. Quizá como premio, era destinada al año siguiente a laterminal del CNI en Berlín, como enlace con el BND alemán. Allí sería testigo en 2011 de los movimientos especulativos contra nuestra economía, el rescate a la banca y un escenario de prima de riesgo a 650 puntos. Un paisaje que le iba a dar pie a desarrollar en el CNI una potente división de Inteligencia Económica con dos fines: “Trabajar por la estabilidad del sistema financiero español y proteger los intereses de las empresas estratégicas españolas”.
En el verano de 2012 Méndez de Vigo fue convocada por la vicepresidenta en La Moncloa. No se conocían. La entrevista fue larga. El 2 de agosto era nombrada secretaria general del CNI. Recibía un servicio secreto pacificado y prestigiado por Sanz Roldán, muy enfocado y fortalecido en el fenómeno yihadista en efectivos, presupuesto, traductores, equipos de desplazamiento rápido y despliegue internacional (sobre todo en el Magreb), y que estaba obligado a fortalecer sus capacidades en ciberseguridad, inteligencia económica y prospectiva, con la intención de adelantarse a las amenazas. Esta feminista que nunca confesará serlo en público, veterana como pocos, con un historial sin borrones y con el Centro en su cabeza, llegaba al cargo con una idea más: fortalecer el papel de la mujer en el espionaje español. En ello está. Aunque nunca nos enteremos.

jueves, 29 de octubre de 2015

El honrado espía español

El CNI aprueba el primer código ético para sus 3.500 agentes, hombres y civiles en su mayoría y con profesionales tan variopintas como filósofos o abogados.


Qué hace un filósofo en la sede del Centro Nacional de Inteligencia? Este podría ser el inicio de un chiste o una pregunta de Mortadelo a Filemón en uno de los geniales tebeos de Ibáñez. Pero es una cuestión lógica cuando en ‘La Casa’, como se conoce al cuartel general del CNI, se concentran profesionales tan variopintos como maestros, economistas, informáticos, médicos, periodistas, traductores, abogados... o incluso filósofos, que se mezclan con los tipos duros procedentes del Ejército, la Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía, los que se ocupan de las cuestiones operativas. Responde David Rodríguez Vidal, antiguo colaborador de los servicios secretos y propietario de la primera academia de espías que se abrió en España: "El análisis de la información, de la inteligencia, es multidisciplinar. Necesitas un equipo de diferentes perfiles para analizar hipotéticos escenarios. No sirve una única línea de pensamiento. Por eso es tan importante un filósofo como un militar".
En ‘La Casa’ resulta igual de valioso colocar un micrófono como tirarse doce horas encerrado en un despacho filtrando millones de datos en un solo papel. El análisis de la información es una de las tareas más arduas de todas las que se desarrollan en el CNI. Un trabajo meramente administrativo que suele asumir el personal civil de la institución: el 62% de los más de 3.500 espías españoles. "Los micrófonos los colocan personas más preparadas para esas tareas", aclara Vidal. Oficiales procedentes de las Fuerzas Armadas (26,8%) y de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado (10,7%) "que generalmente inspiran más confianza y, por ello, ocupan los puestos de responsabilidad", observa.

Todos los miembros del CNI, sin distinción, pasan estrictos procesos de selección en los que se ‘desnudan’ para detectar posibles debilidades y ganarse la confianza de sus jefes. Todos ellos, además, tienen ya en sus manos el primer código ético elaborado en ‘La Casa’ y aprobado por el director del centro, el general Féliz Sanz, el pasado 12 de octubre, coincidiendo con la Fiesta Nacional.
No es ninguna novedad que la principal virtud del espía español debe ser la discreción, pero también se exige "rectitud", además de "lealtad a la institución, abnegación y espíritu de servicio en pos de la protección del bien común y de la seguridad de los españoles. Con este fin, cumplirán sus cometidos sin escatimar esfuerzos ni sacrificios". De hecho, continúa uno de los 20 artículos del código, los oficiales de inteligencia "mostrarán su plena disponibilidad para prestar servicio cuando y donde se les exija, y evitarán que cualquier circunstancia personal o familiar sirva de excusa". Nada de mujeres de parto o hijos en Urgencias cuando hay que proteger España traduciendo, por ejemplo, una conversación o textos del árabe de 8 de la mañana a 3 de la tarde en una oficina de la hermética sede de la avenida del Padre Huidobro, en Madrid, cerca de la carretera de La Coruña. Y es que "el afán de superación, el anhelo de excelencia, se erigirá en aspiración constante". Por supuesto, todos los miembros de ‘La Casa’ "se conducirán, en todo momento y circunstancia, de manera íntegra y digna", actuarán "con el objetivo de la ejemplaridad en la conducta" y "la honradez será principio rector, tanto de su comportamiento personal como de su actuación profesional".
Pero, ¿los espías no eran esas personas intrépidas y muchas veces sin escrúpulos que hacen todo lo que sea preciso (rayando lo ilegal) para conseguir la información necesaria? Vuelve a responder David Rodríguez Vidal: "Eso cree la mayoría de la gente. Que los agentes son tipos que se pasan todo el día cometiendo ilegalidades. En todo caso, son tipos que ordenan hacer esas ilegalidades, si es que fueran necesarias. Y casi siempre fuera de España para esquivar nuestras propias leyes. La red de colaboradores del CNI en Siria o en Marruecos o en otros países no computan como funcionarios del Estado, pero son los que suministran información a nuestros funcionarios traicionando a sus propios países", explica Vidal, autor también de ‘Diario de un espía’ (Cúpula).
Así, el documento aconseja "proporcionalidad" a la hora de registrar un domicilio o pinchar un teléfono. También obliga a los agentes a "evitar el despilfarro" de los recursos públicos. Y la vanidad, por supuesto, siempre en el fondo del cajón: "Asumirán la renuncia tanto a dar publicidad a sus éxitos como a defenderse de los ataques más injustos". A poner la otra mejilla en pos de la reserva de su actividad profesional. Todo lo contrario de lo que hizo el pequeño Nicolás, que se las daba de espía hasta en las discotecas.
"No sé si lo de Francisco Nicolás está directamente relacionado, pero esta es otra campaña de lavado de imagen y les ha vuelto a salir mal. Está muy bien como declaración de intenciones, pero el problema es que, como ocurre siempre, el CNI no conecta con la gente. Nadie se cree que ‘La Casa’ sea una institución democrática en la que todo se hace limpiamente", critica Rodríguez Vidal. "Estaría bien que fueran abiertos no contando lo que hacen, sino por qué lo hacen".
 

miércoles, 7 de octubre de 2015

Detenido el hijo de 'Josu Ternera', que pretendía hacerse con las riendas de la trama política de ETA


El hijo de Josu Ternera era el gran buscado... hasta ahora. Las fuerzas de seguridad del Estado han detenido en París a Egoitz Urrutikoetxea, el hijo del histórico etarra Josu Urrutikoetxea Bengoetxea, según confirma el Ministerio del Interior. Según explican fuentes del operativo, el ahora detenido tenía intención de coger las riendas del maltrecho aparato político de ETA.
Fuentes antiterroristas apuntan que hasta ahora, el hijo de Ternera estaba en un segundo plano pero que los continuos golpes policiales han llevado a Egoitz Urrutikoetxea a intentar controlar el aparato político de la trama etarra. Según estas mismas fuentes, su padre está alejado de las directivas etarras, enfermo, en algún país de Centroeuropa.
Esta detención ha sido fruto de la colaboración de la Policía Nacional y de las fuerzas de seguridad francesas. Está enmarcada en una operación aún más amplia que aún está viva y que ha sido desarrollada con información de la Policía Nacional española. La Policía arrestó a otras dos personas junto al simbólico etarra.
Las fuentes consultadas por EL MUNDO también otorgan un papel destacado en la operación al Centro Nacional de Inteligencia (CNI).
"Después de descabezar a ETA, ahora hemos capturado a su mejor relevo. Quizás el único con algo de pedigrí que pudiera ser reclamado para gestionar lo poco que queda de ETA", valoró el ministro. "Si la detención de Pla y Sorzabal dejó a ETA sin referentes en la cúpula, la detención hoy de Egoitz Urrutikoetxea deja a ETA ya sin recambio solvente en su dirección política", añadió.
"Por todo ello, tras el descabezamiento de la cúpula de ETA, se había convertido en el objetivo número uno de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, que con esta operación han evitado que uno de sus mejores candidatos, casi el único con pedigrí, pueda hacerse cargo de las riendas de lo poco que queda de ETA", finalizó.
Egoitz Urrutikoetxea trató de tomar el relevo de la cúpula de ETA que fue desarticulada el pasado mes en Francia, con la detención de Iratxe Sorzabal y David Pla en Saint-Étienne-de-Baigorry.
Los Urrutikoetxea han escapado en varias ocasiones de operaciones policiales. En marzo de 2014, el Ministerio del Interior informó del arresto de Egoitz, pero se había zafado de nuevo. Y en 2011 padre e hijo lograron huir tras registrarse una llamada desde Kenia.
Sobre este individuo pesan dos órdenes de arresto emitidas en 2007 y 2009 y había sido condenado en rebeldía por el Tribunal Correccional de París en dos ocasiones, en 2007 y 2010, a dos penas de cuatro años de prisión respectivamente por hechos vinculados con la organización terrorista ETA, según informa el Ministerio del Interior.
Esta operación ha sido realizada con éxito gracias a la colaboración de la Comisaría General de Información de la Policía Nacional y la Subdirección Antiterrorista de la Policía Judicial francesa (DCPJ), dirigida por la División Antiterrorista del Tribunal de Gran Instancia de París.
Los titulares de Interior de España y Francia felicitan los agentes que han participado en esta operación. Jorge Fernández y Bernard Cazeneuve ponen de relieve la gran eficacia de la cooperación antiterrorista entre España y Francia, como demuestran las últimas operaciones consecutivas.

martes, 6 de octubre de 2015

Un jefe del Pentágono visita por vez primera la sede del CNI

Carter inició su visita de dos días España con una conferencia en el Centro Superior de Estudios de la Defensa (Ceseden), donde prometió que Estados Unidos hará una investigación “total y transparente” del ataque contra el hospital de Médicos sin Fronteras en Kunduz (Afganistán), donde murieron 22 personas, entre sanitarios y pacientes. Aseguró también que Estados Unidos y los socios de la OTAN mantendrán su presencia en Afganistán “más allá de 2016”; aunque eludió concretar las modalidades y el volumen de la misma. España tiene previsto retirar a final de octubre los más de 400 militares que tiene en Herat, al este del país, y mantener solo una veintena en la capital, Kabul.
En una rueda de prensa conjunta con Morenés, Carter ha recordado la promesa que todos los países de la OTAN hicieron en la Cumbre de Gales (2012) de dedicar “al menos un 2% de su PIB a Defensa”. Actualmente, el gasto militar español no llega al 1%.
El jefe del Pentágono se trasladará este martes a la base de Morón de la Frontera (Sevilla), sede de la Fuerza de Respuesta de Crisis del Cuerpo de Marines que, según la última reforma del convenio de Defensa entre los dos países, podrá contar con hasta 2.200 militares y 500 civiles, a los que podrán sumarse otros 800 militares en tiempo de crisis.
Carter no es el primer secretario de Defensa de Estados Unidos que visita España con el Gobierno de Rajoy, ya que en 2013 lo hizo su predecesor, Leon Panetta. Hasta ahora, sin embargo, no la ha hecho ningún secretario de Estado (ministro de Asuntos Exteriores). Después de que un accidente de bicleta frustrase la visita que John Kerry tenía previsto realizar en mayo pasado, está previsto que esta se realice finalmente los próximos días 18 y 19. 

domingo, 4 de octubre de 2015

El exdirector del CNI acusa a Trillo de intentar enterrar sin identificar al espía asturiano muerto en Irak en 2003

La biografía de Jorge Dezcallar, el diplomático que fue director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) durante los gobiernos del PP, ha vuelto a poner en el punto de mira al exministro de Defensa y actual embajador en Londres, Federico Trillo, por la gestión que realizó de dos incidentes internacionales con asturianos de por medio, el accidente del Yak-42 (en el que viajaban Joaquín Enrique Álvarez Vega, Mariano Piñán del Blanco y Antonio Novo Ferreiro) y la muerte de siete agentes de la inteligencia, entre ellos el asturiano Alberto Martínez, responsable del servicio español de inteligencia en Irak. Dezcallar responsabiliza directamente a Trillo de los fallos en la identificación de los militares que viajaban en el avión siniestrado en Turquía en mayo de 2003 y asegura que también trató de enterrar sin identificar a los agentes españoles cuando sufrieron el atentado seis meses después. Dezcallar explica que Trillo se escudó en José María Aznar para tratar de organizar un funeral en apenas 24 horas. Su rechazó permitió retrasar cuatro días la ceremonia para cumplir con todos los trámites de forma correcta. 
Dezcallar detalla en Valió la pena, una biografía editada por Península, multitud de detalles de sus años al frente del CNI y también la causa exacta de su dimisión apenas una semana después de los atentados del 11-M, según explica El País. De ese relato José María Aznar no sale muy bien parado. Denuncia que dejó al servicio en una situación muy vulnerable al desclasificar informes secretos sin su consentimiento y les obligó a mantener viva la teoría de la autoría de ETA. La situación se tensó tanto que Dezcallar renunció a su puesto por teléfono porque el presidente ni siquiera quiso recibirle. 
Tampoco para el exministro de Defensa tiene buenas palabras. Las memorias explican que la chapucera identificación de las víctimas del Yak-42, en mayo de 2003 --cuando 30 de los 62 cadáveres se enterraron con nombres equivocados-- pudo volver a repetirse con los siete agentes del CNI asesinados en un atentado, seis meses después, el 29 de noviembre de 2003. Ese día ocho agentes españoles que viajaban en dos coches entre Bagdag y Diwaniya, base principal de la Brigada Plus Ultra, a 180 kilómetros al sur, sufrieron una emboscada. Primero fueron tiroteados desde un coche. Después asaltados por una turba de gente. Solo uno sobrevivió a lo sucedido. Consiguió ir a buscar ayuda y cuando regresó todos sus compañeros habían fallecido. El asturiano Alberto Martínez era el responsable del servicio español de inteligencia en Irak y conducía el primer coche. Se trataba de un viaje de aclimatación, ya que eran dos equipos diferentes y uno le estaba entregan el testigo a otro.   
Solo unas horas después Federico Trillo le dijo a Dezcallar que tenía órdenes del presidente de organizar el funeral al día siguiente. El entonces director del CNI asegura que se negó en redondo, que llegaron a discutir y que la situación se puso, incluso, violenta. Delante estaban los médicos encargados de las autopsias. No cedió a la presión, el proceso de identificación siguió su curso y la ceremonia tuvo lugar cuatro días después. Los cuerpos, pese a lo que decía el entonces ministro de Defensa, según Dezcallar, estaban bastante deteriorados, ya que habían sido apaleados e incluso quemados. Existían incluso imágenes que ninguna televisión llegó a emitir en las que se veía a una turba pisoteando a los agentes, que previamente habían sido tiroteados y quemados. 
Trillo ha salido al paso de la biografía y ha remitido una carta al diario El País. En esa misiva, niega todo lo relacionado con el espía asturiano Alberto Martínez y sus compañeros. “En lo relativo a los agentes [del CNI] asesinados en Irak [en noviembre de 2003], lo narrado por el Sr [Jorge] Dezcallar [director del centro en aquella época] es falso de principio a fin”, sostiene Trillo, ya que “en ningún caso se planteó ningún problema [de identificación de los cadáveres] semejante al del Yak-42, puesto que los cuerpos de los agentes asesinados en Irak eran claramente identificables”, según consta en el extracto publicado por el diario.


domingo, 23 de agosto de 2015

Los Presupuestos Generales del Estado presentados por el Gobierno esta semana en el Congreso van a propiciar la vuelta de las grandes convocatorias de plazas para el ingreso en los Cuerpos de Seguridad tras un largo paréntesisde restricciones en el gasto público. El Ejecutivo de Rajoy ha accedido en el cuarto año de legislatura y con las elecciones generales a la vuelta de la esquina a elevar el número de vacantes al 100% de la tasa de reposición, el doble de lo que había autorizado para el actual ejercicio.
La medida no va a paliar la sangría de efectivos que han sufrido durante la crisis tanto la Policía Nacional como la Guardia Civil. Desde 2011, ambos cuerpos han visto como su plantilla perdía en total más de 9.500 agentes. La Policía Nacional ha pasado de los 72.593 funcionarios con los que cerró 2011 a los 67.350 que tenía disponibles con fecha de 31 de mayo, según confirmó el propio Gobierno en la Cámara Baja. Por su parte, la Guardia Civil ha pasado de los 82.692 que tenía hace cuatro a años a 78.379. En los dos cuerpos, las bajas han superado durante este periodo holgadamente los escasos ingresos que registraban.
Tres agentes hermanas y la hija de una de ellas posan para un reportaje.
El 100% de la tasa de reposición no va a servir para aumentar las plantillas pero va a paliar una tendencia que estaba empezando a generar graves problemas de funcionamiento en algunas demarcaciones, aunque la efectividad de los cuerpos no ha dejado de aumentar en los años de recortes. En algunas provincias, por ejemplo, la edad media de los agentes de Policía excede ya los 50 años por la limitación de las incorporaciones. La Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC), la mayoritaria en el Instituto Armado, también ha denunciado recientemente que la falta de efectivos estaba obligando apatrullar en solitario.
La relajación de las restricciones también va a suponer un soplo de aire fresco para los opositores, que en 2008 vieron como se terminaban las convocatorias multitudinarias de la primera legislatura de José Luis Rodríguez Zapatero y en 2010 comenzaba un periodo de auténtica sequía en el que cada nueva plaza llegó a tener más de 200 solicitantes.
La medida no va a paliar la sangría de efectivos que han sufrido durante la crisis tanto la Policía Nacional como la Guardia Civil
El número de vacantes que saldrán a concurso en 2016 aún no se ha anunciado oficialmente, pero según fuentes de la Dirección General de la Policía consultadas por El Confidencial, el nuevo escenario va a permitir que el próximo año se doblen las 1.374 incorporaciones que van a realizarse este ejercicio. La convocatoria volvería por tanto a los niveles de 2009 y se quedaría a mitad de camino del periodo 2005-2007, cuando el Ejecutivo de Zapatero tiró la casa por la venta y autorizó tres ofertas seguidas de 5.500 plazas.
Fuentes de la Dirección General de la Guardia Civil vaticinan un panorama similar. En 2015 ingresarán en el Instituto Armado 820 nuevos efectivos, de los que 328 llegarán por la vía del acceso libre, otros 328 procedentes de las Fuerzas Armadas y, por último, 164 del colegio de Guardias Jóvenes de Valdemoro. El objetivo de la Guardia Civil es que la convocatoria de 2016 saque a concurso más de 1.600 plazas, una cifra similar a la del año 2009 aunque alejada de la oferta récord de 2007, que alcanzó las 5.500.

Instituciones Penitenciarias

Las perspectivas también han cambiado con los Presupuestos de 2016 paraInstituciones Penitenciarias, uno de los cuerpos de seguridad más castigados por los recortes de gasto. Este año se incorporarán a su plantilla 320 funcionarios después de dos ejercicios sin una sola alta (2012 y 2013) y tras sumar tan sólo 90 el pasado. Si los compromisos del Ministerio del Interior se cumplen, Instituciones Penitenciarias ofertará el próximo año más de 600 vacantes para acceso libre.

CNI

Los efectivos del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) tienen otro estatus pero las cuentas nacionales también recogen una leve mejora en recursos humanos. Los gastos de personal presupuestados para el organismo en 2016 ascenderán a 174,9 millones de euros, frente a los 167,7 millones del balance de 2015. Descontando el 1% que va a subir el salario para todos los funcionarios públicos, al general Félix Sanz Roldán aún le quedará margen para aumentar en 100 nuevos agentes su plantilla de alrededor de 3.000 efectivos.

jueves, 6 de agosto de 2015

PORTADA INTERNACIONAL El Chapo podría estar escondido en Sinaloa, entre su familia y otros narcos

Estados Unidos ofrece cinco millones de dólares por información que permita capturar al narco mexicano


El huido narcotraficante mexicano Joaquín «El Chapo» Guzmán podría esconderse en el estado de Sinaloa, en México, donde habría encontrado refugio entre su familia y sus secuaces del cartel de Sinaloa, aseguró este jueves el administrador del Departamento Estadounidense Antidrogas (DEA), Chuck Rosenberg. «Con base en la información pasada, El Chapo puede estar en México, puede haber regresado a Sinaloa porque allí tiene a su familia y sus contactos», agregó.

El Chapo huyó el 11 de julio de la cárcel de máxima seguridadAltiplano I, en el estado de México (centro del país), a través de un túnel de 1,5 kilómetros de longitud. Según precisó un portavoz de la DEA en declaraciones a Efe, el Gobierno de EE.UU. basa sus hipótesis en experiencias pasadas, pero por el momento no tiene pruebas materiales para demostrar que El Chapo se esconde en su tierra natal, desde la que fundó el cártel de Sinaloa y se consolidó como el líder del narcotráfico en México.
Para darle caza, las autoridades mexicanas y estadounidenses intercambian «día a día» información de sus servicios de inteligencia sobre su posible paradero. El que fuese enemigo público número uno para EE.UU. tras la muerte de Osama Bin Laden ya se había escapado en el 2001 en un carrito de lavandería del penal de máxima seguridad de Puente Grande, a las afueras de Guadalajara (oeste de México), aunque fue apresado de nuevo en febrero del 2014.
Precisamente, su anterior captura tras haber estado trece años fugitivo se produjo en un hotel de la turística ciudad portuaria de Mazatlán, también en Sinaloa. La detención fue considerada entonces el mayor golpe contra el narcotráfico en México en una década, y la DEA respiró tranquila al ver entre rejas al narcotraficante que más droga había hecho circular en Estados Unidos, según las autoridades.
«Joaquín El Chapo Guzmán ha destruido vidas y comunidades en todo EE.UU. y México, y su captura es una alta prioridad para la DEA», subrayó este jueves Rosenberg en un comunicado distribuido a la prensa. «Su fuga representa un peligro para la seguridad de nuestros dos países. La DEA continuará trabajando de cerca con nuestros colegas mexicanos para ofrecer la mayor cantidad de recursos posible para asegurar su detención», añadió.
En Estados Unidos, El Chapo tiene varias cuentas pendientes con la Justicia en tribunales federales Arizona, Texas, California, Illinois, Florida y Nueva York, donde afronta decenas de cargos por narcotráfico, lavado de dinero y otros delitos.
El presidente Barack Obama solicitó en febrero del 2014, cuando el capo fue apresado, su extradición, y, tras su nueva huida, la Casa Blanca ha manifestado interés en que sean las autoridades judiciales de EE.UU. las encargadas de juzgarle cuando vuelva a ser apresado.
El perfil de El Chapo es tan notorio que las autoridades de Chicago decidieron devolverle, tras su fuga, el título que ostentó antes de su captura en el 2014 de «enemigo público número uno» de la ciudad, por la gran cantidad de droga que el cartel de Sinaloa distribuye en esa ciudad. El jefe mafioso Al Capone ha sido el único criminal, aparte de El Chapo, que ha merecido este dudoso honor.

Cinco millones de dólares por su captura

El Gobierno de Estados Unidos ofrece 5 millones de dólares por información que lleve a la captura del narcotraficante Joaquín El Chapo Guzmán, líder del Cártel de Sinaloa. Este mismo miércoles ha publicado un cártel para su búsqueda, con la imagen del fugitivo -para el que reclaman la extradición-, y ha activado una línea telefónica gratuita.
La Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA) ha indicado este miércoles que el líder narco podría estar escondido en México porque es donde cuenta con mayor protección. «¿Dónde está probablemente más seguro y más protegido? Probablemente en Sinaloa», ha dicho el director de la DEA, Chuck Rosenberg, en una rueda de prensa preguntado por los periodistas sobre el paradero del capo de la droga mexicano.
Rosenberg ha rehusado dar detalles limitándose a señalar que la DEA y otras agencias norteamericanas está compartiendo información de Inteligencia con las autoridades mexicanas, aunque «hay problemas institucionales» que dificultan la labor. «Tenemos fuentes en México con las que podemos trabajar de cerca», ha afirmado el jefe de la lucha estadounidense contra el narcotraficante, al tiempo que ha aclarado que esta colaboración «no se extiende a todo el Gobierno».
La fuga
El 13 de julio El Chapo logró burlar la seguridad del Centro de Readaptación Social del Altiplano a través de un túnel horadado en la zona de duchas de 1,5 kilómetros de largo por 50 centímetros de ancho que llevaba a una vivienda cercana a la cárcel.
Esta huida al más puro estilo de Hollywood ha desatado una ola de críticas contra el Gobierno porque, según los expertos, para construir el túnel se emplearon al menos nueve meses, varios camiones pesados y cientos de toneladas de tierra, sin levantar la más mínima sospecha.
El líder del Cártel de Sinaloa fue arrestado el 22 de febrero de 2014 en la ciudad de Mazatlán en un operativo llevado a cabo por las fuerzas especiales de la Marina mexicana apoyándose en la información obtenida por la Inteligencia de Estados Unidos y sin realizar «ni un disparo».
La Administración de Enrique Peña Nieto cerraba así el doloroso capítulo de 'El Chapo', que puso en jaque al Estado mexicano en 2001 cuando logró escapar de la cárcel de máxima seguridad de Puente Grande (Jalisco) escondido en un carro de lavandería.
Peña Nieto ha urgido a investigar «en profundidad» estos hechos al considerar que son «una afrenta al Estado mexicano» que está intentando construir y que parecía estar más cerca hace un año, cuando anunció ante el mundo la detención de 'El Chapo'.


domingo, 14 de junio de 2015

Londres retiró a diversos espías por las filtraciones de Snowden



El Gobierno británico retiró a diversos espías después de que Rusia y China accedieran a información secreta filtrada por el antiguo agente de inteligencia estadounidense Edward Snowden, reveló hoy el diario 'The Sunday Times'.
Según fuentes de Downing Street, el ministerio británico de Interior y los servicios secretos, se pusieron en marcha varias "operaciones de rescate" al conocer que Moscú tenía en su poder más de un millón deDOCUMENTOS facilitados por Snowden.
El Gobierno chino también ha podido conocer elCONTENIDO de esos textos clasificados, que detallan información sobre el trabajo de campo de los espías yPUEDE permitir identificar a agentes del Reino Unido y Estados Unidos, según el diario.
"Nadie ha resultado dañado" a raíz deESTA situación, que sin embargo ha impedido que los servicios secretos británicosCONTINÚEN obteniendo "información vital", comentó una fuente de Downing Street.
"Sabemos que Rusia y China tienenACCESO al material de Snowden y les servirá durante los próximos años. Buscarán pistas para identificar posibles objetivos", dijo un miembro de los servicios de inteligencia del Reino Unido a 'The Sunday Times'.
El ex director del centro británico de escuchas (GCHQ) David Omand señaló que la revelación de secretos es un "importante contratiempo" para el Reino Unido y sus aliados y puede poner en jaque a la "inteligencia global".
Snowden, que está acusado de espionaje por Estados Unidos, reveló a la prensa en junio de 2013 detalles sobre los servicios de inteligencia que obtuvo cuandoTRABAJABA COMO analista para la CIA estadounidense.
ElPROGRAMADOR informático, de 31 años, pasó por Hong Kong antes de recibir asilo en Rusia, que en agosto de 2014 le otorgó un permiso de residencia válido para tres años.
Snowden había pedido asilo a 21 países desde la zona de tránsito del aeropuerto moscovita de Sheremétievo, y cuatro estados latinoamericanos se lo habían ofrecido -Ecuador, Bolivia, Nicaragua y Venezuela-, siBIEN el riesgo a ser detenido le impidió salir de Rusia.
En agosto de 2013, las fuerzas deSEGURIDAD británicas detuvieron en el aeropuerto de Heathrow al brasileño David Miranda, novio delPERIODISTA que reveló las filtraciones de Snowden, y le incautó 58.000DOCUMENTOS de 'alto secreto' que estaban en su poder tras visitar al ex espía en Moscú.
El Tribunal Supremo del Reino Unido dictaminó después que esadetención fue legal e "imperativa en interés de la seguridad nacional"