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miércoles, 29 de mayo de 2013

Se descubre la existencia en Lituania de cárceles de la CIA

Una comisión constituida por el Parlamento lituano –el Seimas– para investigar las prisiones de la CIA considera probado que la CIA instaló estas cárceles con el conocimiento de los servicios secretos lituanos, el VSD. Está demostrado que durante los años 2004 y 2005 se sentaron las bases en Lituania para que tales prisiones existieran. El VSD funcionaba por aquel entonces de forma transitoria como un Estado dentro del propio Estado. Audronius Ažubalis, presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores del Seimas, ha declarado que había que «acabar ahora mismo con todo esto». Audrius Baeiulis, comentarista del semanario lituano «Veidas», manifestó que el por entonces presidente de Lituania Valdas Adamkus debió de estar al tanto de lo ocurrido (v. Gazeta Wyborcza, Varsovia, 23-12-09).


Rolandas Paksas, predecesor de Adamkus en el cargo presidencial y actual parlamentario europeo, se ha descolgado ahora con unas declaraciones sorprendentes. El Sr. Paksas fue elegido presidente de Lituania en enero de 2003, tras imponerse en una votación de desempate al anterior presidente Adamkus. El Sr. Paksas ha declarado que ya era conocedor desde su etapa como presidente del deseo existente por trasladar a Lituania a los inculpados por delitos de terrorismo; ha añadido que Mecys Laurinkus, ex presidente del Departamento de Seguridad del Estado de Lituania, le consultó en la primavera de 2003 sobre la posibilidad de trasladar de forma extraoficial a unos individuos a Lituania que para los EE. UU. eran sospechosos de terrorismo.
El Sr. Laurinkus dio a entender así que una respuesta positiva sería de gran ayuda para el socio extranjero.
En aquellos tiempos, la clase política lituana repicaba a las puertas de la OTAN de manera vehemente. Muchos políticos de Vilna han declarado que Lituania quería integrarse en la OTAN, y entendieron que para acelerar el proceso sería necesario enviar algún tipo de muestra de amistad al país que lleva la voz cantante, es decir, a los Estados Unidos. A pesar de este hecho, el Sr. Paksas ha afirmado que rechazó la propuesta del jefe del servicio secreto. Medio año más tarde, estalló el escándalo político más importante de la historia de Lituania que provocó la destitución del Sr. Paksas. En el otoño de 2003, precisamente Meèys Laurinkus, antes de su «exilio dorado» como embajador en Madrid, envió a los medios nacionales material comprometedor sobre Rolandas Paksas con el que le acusó de mantener estrechas relaciones comerciales con el empresario ruso Yuri Borisovich, habiéndole concedido de manera ilegal la nacionalidad lituana como contraprestación por la financiación de su campaña electoral.
 
 
En abril de 2004, mientras Lituania celebraba su entrada en la OTAN, en su Parlamento se votaba una moción de censura contra el presidente Paksas, al que se terminó forzando a la renuncia del cargo. Poco tiempo después, en la localidad de Antavilia a 20 km de Vilna, entró en funcionamiento la prisión secreta de la CIA. «Creo que mi rechazo frontal a la creación de una cárcel secreta de la CIA tiene una relación directa con mi destitución como presidente», declaró el Sr. Paksas durante una reciente audiencia en el Parlamento lituano. Esta idea queda reflejada de la misma manera, entre otros, en el periódico «Russkij Berlin», en la sección Odna Schestaja del núm. 51/2009. El artículo que en él se publica está firmado por Vladimir Vodo y Alexander Reutov, del diario ruso «Kommersant».
Algunos expertos opinan que la moción de censura contra el presidente Paksas le fue de gran utilidad a los EE. UU. Primero, porque eran muchos los que consideraban al Sr. Paksas un político pro ruso; segundo, porque los servicios secretos estadounidenses tuvieron que echar el cierre a su cárcel secreta en la vecina Polonia, donde tras su descubrimiento estalló un escándalo descomunal, y por esta razón la CIA iba a la búsqueda de una base similar en Europa. En Lituania se interpuso el díscolo presidente Paksas. Su caída supuso la eliminación de las trabas.
Flamantes miembros de la OTAN como Lituania estaban agradecidísimos a los EE. UU. por su apoyo a la hora de la adhesión en esta organización; por este motivo, todos ellos acataban los deseos de los estadounidenses, tal y como declaró al canal de televisión ABC el general Richard Clarke, por aquel entonces Consejero Jefe de la Lucha Antiterrorista del presidente George W. Bush. «Sabíamos perfectamente que la CIA estaba operando en Antavilia», manifestó al Washington Post Domas Grigaliunas, antiguo oficial del servicio secreto lituano.
 
Que el lituano-estadounidense Valdas Adamkus saliera reelegido como presidente de Lituania en junio de 2004 fue decisivo durante todo el proceso. Adamkus, nacido en Kaunas (Lituania) en 1926 e hijo de un alto funcionario, huyó a Alemania con sus padres en julio de 1944 ante el avance del Ejército Rojo. Tras haber recibido instrucción militar en su país natal, retornó a Lituania junto a los nazis tras un breve cursillo de perfeccionamiento. En octubre de 1944 y en el marco de la «Operación Báltico», Adamkus se enfrentó al Ejército Rojo en las cercanías de la localidad de Seda integrado en una unidad formada por lituanos. No sin antes recibir de manos de los nazis «grandes honores», tras la derrota del ejército alemán en el Báltico, Adamkus volvió a huir a Alemania. En 1945, recibió más formación militar en la Wehrmacht. Son varios los testigos que afirman de manera verosímil que desde entonces sirvió en las SS como militar de alto rango. Se desconoce qué tipo de actividades llevó a cabo en esa etapa.
 
Tras la guerra, Valdas Adamkus consiguió el título de bachillerato en el instituto lituano del monasterio de Rebdorf en las cercanías de Eichstätt, para proseguir con los estudios superiores en la Universidad Ludwig Maximilian de Múnich. Posteriormente, emigró a los EE. UU. en 1949. Trabajó para el servicio secreto del Ejército y dirigió varias organizaciones clandestinas lituanas. En 1960, consiguió el diploma de ingeniero en el Instituto de Tecnología de Illinois. Hizo carrera en la Agencia Estadounidense de Protección Ambiental (EPA), además de seguir involucrado en el movimiento independentista lituano. Volvió a Lituania en 1997 una vez jubilado y fue elegido presidente por vez primera un año después. Fue por tanto el presidente de Lituania que en el año 2004 accedió a la creación de al menos una cárcel secreta de la CIA en suelo lituano. Anteriormente ya se había aprobado el ingreso de Lituania en la OTAN como «agradecimiento a las molestias tomadas».
 
La prisión de la CIA en Antavilia ocupó una casa de campo de elegante fachada; contó con celdas subterráneas y una sala de escuchas. Según la información existente, en sus dependencias también se practicaron torturas. Dalia Grybauskaité, actual presidenta de Lituania, y su Gobierno no protestan precisamente porque hubiera existido en Lituania un centro de detención y tortura, sino que únicamente lamentan que en aquel momento «no se hubiera informado al Gobierno». El primer ministro Andrius Kubilius declaró encontrarse profundamente afectado por el hecho de que «se hubieran instalado cárceles en Lituania de las que el Gobierno no tenía conocimiento». Una de las consecuencias fue la suspensión del cargo como actual embajador lituano en Georgia de Meèys Laurinkus, entonces jefe del servicio secreto, orden ejecutada directamente por la presidenta lituana Dalia Grybauskaité.
 
 
 
Dada su experiencia en el servicio secreto, Mecys Laurinkus fue seguramente un valioso «consejero» para Occidente antes y durante la guerra entre Rusia y Georgia de agosto de 2008.
 

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