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jueves, 31 de marzo de 2011

EEUU detecta la presencia Al Qaeda entre rebeldes libios


 LONDRES Los servicios de Inteligencia de EEUU han percibido "destellos" de una "potencial" presencia de Al Qaeda entre las tropas que luchan contra el líder Muamar El Gadafi, aunque no son "significativos", dijo hoy un alto oficial militar.

El almirante James Stavridis, comandante de las tropas de EE.UU desplegadas en coordinación con la OTAN en Europa, hizo estas declaraciones durante una comparecencia ante el Senado de Estados Unidos.

"Hemos visto destellos de potencial presencia de Al Qaeda y Hezbollah, hemos visto diferentes cosas. Pero, en este momento, no tengo el suficiente detalle para decir que existe presencia significativa de Al Qaeda o de otros grupos terroristas entre las fuerzas insurgentes", precisó.

Stavridis ratificó ante lo senadores de EEUU el compromiso con las fuerzas insurgentes de la coalición internacional.

"La inteligencia que estoy recibiendo en este momento me hace pensar que el liderazgo que estoy viendo está formado por hombres y mujeres responsables que están luchando contra las fuerzas del coronel Gadafi", subrayó.

Los secretarios de Defensa, Robert Gates, y la secretaria de Estados, Hillary Clinton, tienen previsto comparecer mañana ante el Senado en una sesión a puerta cerrada para responder a las preguntas de los senadores sobre Libia.

El presidente de EE.UU, Barack Obama, se dirigió el lunes a la nación en un discurso en el que explicó las razones de la intervención militar que ha permitido salvar "numerosas vidas" y señaló que transferirá la responsabilidad de las operaciones militares aliadas en Libia a la OTAN mañana miércoles.

Fuerzas especiales e inteligencia, claves en el conflicto libio









La presencia de agentes de inteligencia y de miembros de fuerzas especiales occidentales entre los insurgentes libios, previsible según los expertos aunque desmentida oficialmente, es una de las claves del conflicto.
Oficialmente, la coalición no cuenta con hombres sobre el terreno en Libia. Pero a finales de febrero, la prensa inglesa ya hablaba de la intervención de hombres del SAS --las fuerzas especiales del ejército británico-- para sacar a cientos de empleados de grandes compañías petroleras aislados en el desierto.
Desde entonces, la coalición desmiente toda implicación de agentes occidentales entre los insurgentes libios. En la Dirección General de la Seguridad Exterior (DGSE), los servicios de inteligencia franceses, se limitan a repetir la fórmula habitual: "No comentamos nuestras operaciones reales o supuestas".
Sin embargo, para los especialistas del espionaje, la presencia en tierra de agentes en este tipo de conflictos es "una constante en la historia militar".
"Dado el carácter sulfuroso de esta intervención y las críticas del mundo árabe, es muy complicado desplegar las llamadas fuerzas convencionales", destaca Pascal Le Pautremat, especialista del mundo árabe y colaborador de la revista "Défense" del Instituto de Altos Estudios de Defensa Nacional (IHEDN), con sede en París.
"Es más sensato hacer intervenir a equipos pequeños, muy discretos, que aporten su habilidad operativa en materia de instrucción, encuadramiento y orientación puramente táctica", añade.
Esos equipos tendrían entre "cinco y doce personas" y contarían con potentes sistemas de transmisión. Su objetivo sería "determinar objetivos" para permitir a los aviones de la coalición afinar sus ataques. Esos agentes infiltrados operarían de noche para calibrar el potencial de hombres y blindados de las fuerzas de Muamar Gadafi, y para aconsejar a los insurgentes o enseñarlos a manejar armas antitanques.
Dicha presencia en tierra es especialmente necesaria si se tiene en cuenta que la coalición quiere evitar pérdidas civiles.
"Cuantos más hombres haya en el terreno, menos riesgo hay de equivocarse", comenta Pascal Le Pautremat.
Desde el inicio de los ataques en Libia el 19 de marzo, la coalición no ha dado parte de ningún incidente grave en el que hubiera civiles implicados, al contrario de lo ocurrido en la campaña de Afganistán, donde las víctimas civiles se cuentan por centenares a menudo por falta de información.
La pregunta que se plantea es que haya espías desplegados en Bengasi, el bastión de la oposición a Gadafi en el este del país.
"En este tipo de situaciones, es de prever que todo servicio de inteligencia digno de ese nombre esté posicionado en Bengasi para ver lo que pasa allí", confía un especialista de inteligencia, que prefiere el anonimato.
Según él se trataría de agentes y militares de países de la coalición, como Gran Bretaña, Francia y Estados Unidos, y también de Alemania, Rusia e Israel, dotados de servicios de inteligencia muy fuertes.
"De todos modos", recuerda Pascal Le Pautremat, "hay elementos posicionados desde hace años en la región, en África occidental y central, y en la zona del Magreb, donde se libra la batalla contra AQMI (Al Qaida en el Magreb Islámico)".

Musa Kusa, de fiel servidor de Muamar Gadafi a desertor



TRÍPOLI — Musa Kusa, ministro de Relaciones Exteriores libio y fiel servidor de Muamar Gadafi, que anunció que renunciaba al cargo el miércoles al llegar a Londres, estuvo vinculado en los últimos años a todas las tratativas que permitieron que Libia volviera a ser frecuentable para Occidente.
En su condición de jefe del servicios de inteligencia de 1994 a 2009, Kusa, de 59 años, era un hombre fuerte de los comités revolucionarios, columna vertebral del régimen libio y hombre de confianza de Gadafi.
Kusa tuvo a su cargo importantes expedientes, como los vínculos de Libia con distintos países africanos y sus relaciones con Occidente.
Fue un negociador clave en el caso de las enfermeras búlgaras, que fueron liberadas en julio de 2007, así como en el desmantelamiento, en 2003, del programa nuclear libio, lo que abrió la vía al levantamiento del embargo comercial decretado por Estados Unidos en 1986.
Aunque sobre todo se dio a conocer por su papel en la indemnización de las familias de las víctimas de los atentados de Lockerbie (1988, 270 muertos) y del DC-10 de UTA (1989, 170 muertos), lo que levantó los últimos obstáculos para la normalización de las relaciones de Trípoli con Occidente.
Tras haber encarnado durante dos décadas el lado oscuro del régimen del coronel Gadafi, este tripolitano encarnaba en los últimos años la apertura.
Surgido de una familia modesta, becario y titular de una licencia de la universidad estadounidense de Michigan (1978), empezó su carrera en los servicios especiales como responsable de seguridad de las embajadas libias en Europa del Norte.
Kusa fue nombrado embajador de Libia en el Reino Unido en 1980, pero fue expulsado el mismo año por los británicos al declarar su determinación de liquidar a los "enemigos de la revolución" en suelo británico.
En 1984 se integra a Mathaba, una fundación encargada de coordinar los movimientos de liberación a través del mundo, en particular en África y América Latina.
Kusa fue viceministro de Relaciones Exteriores de 1992 a 1994, cuando asumió la jefatura del servicio de inteligencia, puesto que ocupó hasta 2009, cuando asume la cartera de Relaciones Exteriores en reemplazo de Abdulrahman Shalgham, nombrado embajador de Libia ante la ONU, quien también desertó hace unas semanas.

La CIA ya está en Libia para ayudar a los rebeldes

Obama autoriza la ayuda encubierta a la oposición contra Gadafi. Los servicios de inteligencia británicos también están en suelo libio




Varios funcionarios de la CIA se han desplegado a Libia para contactar con los rebeldes y guiar a los ataques de la coalición, según recoge el diario New York Times. El presidente Barack Obama había dado permiso para ayudar a secreto rebeldes. Sin responder directamente a esta información, la Casa Blanca reiteró que aún no se ha decidido proporcionar armas a la oposición la lucha contra las fuerzas del coronel Gaddafi.
Los agentes de la CIA, según The New York Times, han estado presentes durante varias semanas sobre el terreno en Libia, con la misión de establecer vínculos con los rebeldes y para identificar objetivos de las operaciones militares.
La misma fuente consultada por el diario neoyorquino asegura que "decenas de miembros de las fuerzas especiales británicas y agentes del servicio de inteligencia MI6 trabajan en Libia", en particular, para recoger información sobre las posiciones de las fuerzas leales.
La cadena de televisión ABC, por su parte, ha desvelado que Obama había firmado un memorando secreto que da luz verde a las operaciones encubiertas para "contribuir al esfuerzo" en Libia. La televisión ABC destacó, no obstante, que esta autorización no permite armar a los rebeldes de inmediato, pero no excluye la posibilidad de hacerlo en el futuro.
El portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, rechazó "hacer comentarios sobre asuntos de inteligencia". "Repito lo que dijo el presidente ayer (martes): No se ha tomado una decisión sobre el suministro de armas a la oposición o de cualquier grupo en Libia. Nosotros no lo excluimos, pero no se ha decidido. Examinamos todas las posibilidades para ayudar a los libios ", aseguró en un comunicado.