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viernes, 31 de diciembre de 2010

El CNI sale del caparazón

Estaba una compañía petrolera haciendo un agujero en medio del campo, en algún lugar remoto de Tejas. La empresa propietaria del campo colindante veía a su vecino hacer prospecciones, pero no tenía dinero para llevarlas a cabo, máxime sin saber a qué profundidad se hallaba el oro negro. Entonces se les ocurrió preguntar al señor Fuld, analista de inteligencia, si les podía echar un cable. Fuld se subió al cerro de al lado y durante días empezó a contar los camiones que entraban y salían de la prospección y las tuberías que llevaban. Multiplicando camiones por tuberías, dedujo la profundidad del pozo y así proporcionó la información a la empresa vecina.

Este es uno de los ejemplos que el experto Mario Esteban Martínez utiliza para explicar lo que es un analista de inteligencia: no roba secretos de otra empresa; observa, analiza, hace un informe y se lo pasa a quien tiene que decidir. Martínez imparte clases de análisis cuantitativo en el Máster Interuniversitario en Analista de Inteligencia, un proyecto impulsado por el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) y el Ministerio de Defensa junto con las Universidades Rey Juan Carlos y Carlos III de Madrid, del que este próximo 17 de junio sale a la calle la primera promoción.
"Este no es un sitio en el que se consiguen puntos para entrar en el CNI", se apresura a decir Fernando Velasco, director del máster. "Nosotros formamos analistas que no pueden jugar a ser espías", asegura en el despacho de la cátedra de Servicios de Inteligencia y Sistemas Democráticos de la Universidad Rey Juan Carlos, en Vicálvaro, Madrid. Esta pequeña sala es una de las apuestas del CNI para salir de su caparazón y abrirse a la sociedad. Tener contactos con el mundo académico y poder pedir con normalidad la ayuda de un experto o un traductor de somalí es una parte de esa apertura de puertas, normalizar relaciones con el mundo académico. Difundir la cultura de la inteligencia es la otra.
Que algunas de sus técnicas se trasladen al mundo económico, a las propias empresas españolas, es la consecuencia lógica de este proceso en marcha.
¿Un espía es un analista de inteligencia? No, aunque muchos miembros de servicios secretos sean básicamente analistas de inteligencia. El CNI, que aporta profesores a este máster, tiene su propia escuela para formar a sus agentes. "El máster es un nexo con la universidad para sensibilizar de la importancia que tiene la seguridad", dice un portavoz del CNI.
"El 85% de la información con la que trabaja el analista proviene de fuentes abiertas", explica Diego Navarro, codirector del máster, en alusión a Internet y bases de datos a las que todo el mundo puede tener acceso. "Sólo el 15% de la información le puede venir de satélites militares o de espías tradicionales. Nosotros enseñamos a manejar información abierta: hoy el problema no es la falta de información, sino el exceso. El valor añadido que aporta el analista es crear conocimiento".
El analista obtiene información, la evalúa, la procesa y la analiza. Al final de su análisis, entrega una síntesis en dos folios que ayuda a decidir al responsable de una Administración pública, institución o empresa. "Es una persona que previene amenazas y oportunidades" define Eliana Benjumeda, directora de Infoline, empresa que desde los años ochenta asesora a empresas extranjeras que vienen a operar en territorio español y vicepresidenta de la Asociación Española para la Promoción de la Inteligencia Competitiva (Asepic), la inteligencia aplicada al mundo de la empresa. "Va a haber un boom en este campo", vaticina Benjumeda. "Hay un retraso en este campo en España, pero el momento es idóneo. Con la crisis, es necesario recuperar la competitividad".
Rastreo y análisis del entorno; de los competidores; de la legislación que existe en determinado país; de la situación política, económica, los problemas de seguridad. El analista de inteligencia busca información en todos esos campos, va más allá del tradicional análisis de mercado. Y utiliza nuevas herramientas. Con el desarrollo de la tecnología han llegado nuevos programas informáticos, robots de búsquedas especializados, metabuscadores que proporcionan mejores resultados. Softwares -soportes lógicos del ordenador- que son difíciles de manejar, pero que hacen rastreos en blogs y redes sociales, que acceden a documentos de audio, que pueden procesar un millón de documentos al día y ofrecer una estadística, tal y como explica Mario Sánchez Moreno, director de estrategia y servicios de internacionalización del Consejo Superior de Cámaras de Comercio. "Además han aterrizado metodologías del denominado ciclo de inteligencia", explica, "es decir, traducciones al mundo de la empresa de las formas de buscar e interpretar información que tradicionalmente utilizaban entornos de inteligencia y seguridad".
Directivos de empresas, militares, psicólogos, policías, documentalistas. Son algunos de los perfiles de los alumnos que salen de esta primera promoción del máster. Un buen número de ellos, orientados al mundo de la empresa. Los consultados por este periódico rehusaban contar para qué compañía trabajan en estos momentos. "Aquí aún existe prejuicio en las empresas de hablar de que tienen una unidad de inteligencia", confiesa una alta ejecutiva de una compañía eléctrica. "No aplicar estas técnicas te puede llevar a que te compren sin que te des cuenta, como le pasó a Endesa, que fue atacada por Enel", explica. "Antes, entre las empresas españolas estaba de moda la responsabilidad social corporativa", dice Fernando Velasco; "ahora se hablará de inteligencia competitiva".
Los chicos de inteligencia, así llaman a los del departamento de una de las empresas españolas más importantes del Ibex 35. Tan sólo algunas grandes que forman parte del índice de referencia de la Bolsa cuentan ya de hecho con unidades de inteligencia competitiva, señala el miembro de uno de estos equipos. Pero las empresas son reacias a hablar de ellas. No quieren que su competidor sepa que ya se han puesto las pilas en este campo y existe un pudor a la hora de hablar de este tipo de departamentos porque se identifican con unidades de espionaje.
Los expertos coinciden en señalar que España acumula mucho retraso en el campo de la inteligencia competitiva. "Vamos con 25 años de retraso", dice Mario Esteban Martínez, profesor del máster. Mario Sánchez Moreno se queja de que la inteligencia económica, a escala estatal, la que permitiría defender mejor los intereses económicos de empresas españolas en el extranjero, también acumula retraso. "No son sólo Suecia, Estados Unidos, Israel o Francia los que están por delante de nosotros", dice. "También Marruecos, Argelia, Egipto o Turquía". Desde el Consejo de Cámaras de Comercio, recuerda Moreno, ya se hacen programas de rastreo de competencia internacional, se implantan sistemas de detección de oportunidades y existe un sistema de inteligencia tecnológica. Elena Benjumeda, de Infoline, lo tiene claro: "El olfato ya no es suficiente". -

El jefe del CNI reconoce que algunas nuevas amenazas les pillan "casi sin experiencia y sin capacidad de reacción"

La misión de los servicios de inteligencia "cada día es más difícil", ya que "los gobiernos, como toda la sociedad, exigen siempre más eficacia y conocer lo que quieren conocer en menos tiempo", y a las tradicionales amenazas para la seguridad se han sumado otras que les pillan "casi sin experiencia y sin capacidad de reacción".
Con esta sinceridad se ha expresado, esta mañana, el director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), el general Félix Sanz Roldán, durante la inauguración del II Congreso de Inteligencia, organizado por las universidades madrileñas Rey Juan Carlos y Carlos III, que reúne durante dos jornadas a medio centenar de expertos españoles y extranjeros.
"Nadie pensaba que hubiera que poner defensas para que los ciudadanos pudieran trabajar tranquilamente en zapatillas en casa con el Google", ha dicho Sanz, en alusión al ciberterrorismo, durante una de sus escasas intervenciones públicas.
Sanz ha anunciado que en 2011, por vez primera, la directiva nacional de inteligencia, que fija los objetivos del CNI, no la elaborará solo el servicio que él dirige, sino que incorporará las sugerencias de todos los organismos del Estado que requieren de sus informes. La aprobación definitiva de este documento corresponde a la Comisión Delegada de Asuntos de Inteligencia, que preside el vicepresidente primero y ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba.
El director del CNI ha insistido en que el principal servicio secreto español "no es un radical libre", sino que actúa siempre en el marco de la ley y bajo instrucciones del Gobierno y ha anunciado la próxima aprobación de un Código Ético de los espías; "el primero escrito y publicado de los que existen en el mundo".
Por su parte, Fernando Velasco, director de la Cátedra de Servicios de Inteligencia de la Universidad Rey Juan Carlos, ha asegurado que el conocimiento de estos servicios sigue siendo una asignatura pendiente de la sociedad española y que su intervención es decisiva para la resolución de cualquier conflicto.

El Gobierno califica de "natural" la respuesta de Moscú a la expulsión de diplomáticos

Exteriores intenta rebajar el cruce de expulsiones para no perjudicar el Año de España en Rusia y el viaje de los Reyes.- El Gobierno subraya que se actuó "con reciprocidad", pese a que los funcionarios españoles no estaban involucrados en actividades de espionaje


El Gobierno español ha reconocido hoy el cruce de expulsiones de diplomáticos con Rusia, pero se ha esforzado en quitarle hierro para, probablemente, no perjudicar el ambicioso programa de actividades culturales previsto a lo largo de 2011 y que podría incluir una visita de los Reyes a San Petersburgo con motivo del Año de España en Rusia. Exteriores ha confirmado que Trinidad Jiménez viajará el próximo 16 de enero a Moscú para presentar oficialmente el evento.
El Ministerio de Asuntos Exteriores ha publicado un comunicado en el que confirma que "el Gobierno invitó hace aproximadamente un mes a salir a dos diplomáticos rusos acreditados en España por realizar actividades incompatibles con su estatus", una expresión con la que se da a entender que se dedicaban al espionaje.
El texto evita emplear la palabra "expulsión" ni señalar, como hizo el 21 de diciembre el ministro británico de Exteriores, William Hague, al informar sobre un caso similar, que se disponía de "pruebas evidente sobre las actividades de los servicios secretos rusos contra los intereses del Reino Unido".
A principios de noviembre, dos secretarios de Embajada acreditados en Madrid fueron expulsados por la ministra de Exteriores, Trinidad Jiménez, a la que se lo pidió el director del Centro Nacional de Inteligencia, el general Félix Sanz Roldán. La semana pasada Rusia tomó represalias y echó al consejero político de la Embajada de España -en la práctica el número tres de la legación diplomática- y al primer secretario, según desvela hoy EL PAÍS.
Exteriores se esforzó porque el incidente hispano-ruso, el más grave desde que ambos países restablecieron relaciones diplomáticas hace 33 años, no trascendiese. Moscú también guardó silencio.
"Como es natural en estos casos, Rusia actuó con reciprocidad haciendo salir a dos homólogos", prosigue la nota de Exteriores. El ministerio no lamenta la "salida" forzada de los dos españoles pese a que, a diferencia de los diplomáticos rusos, ninguno de ellos se dedicaba a labores de espionaje. El consejero político estaba más bien volcado en la preparación de varios eventos culturales.
Hace ocho años el Ejecutivo español expulsó a dos diplomáticos rusos por espionaje, según reveló el ex ministro de Defensa, Federico Trillo, en su memorias, a lo que Rusia replicó echando del país a un subteniente del Ejército adscrito a la Embajada de España en Moscú.
"Ambos gobiernos [el español y el ruso] consideran que este incidente está superado y están trabajando para completar las delegaciones [legaciones] lo antes posible", concluye el texto. Se mantiene la visita de la ministra Jiménez a Moscú, el 17 de enero, para presentar allí el Año de España en Rusia, un programa de intensas actividades culturales.